5 días en la cuna de nuestra civilización
Faltaban unos meses para que mi mujer ( María ) y yo, cumpliéramos nuestro 25 aniversario, esta ocasión debía ser algo muy especial, ni lo mas caro, ni lo mas pomposo, quería hacer realidad el sueño de su vida.
Cuando la conocí, ella cursaba el último año de Filosofía y Letras ( Filología ) y en las paredes blancas de su pequeño piso de estudiante, en Mar del Plata, Argentina, tenía varios posters de Grecia. Soñaba con conocer la tierra de los Filósofos Clásicos. Ese sueño lo atesoró en lo mas profundo de su corazón todos estos años, sueño que por un motivo u otro siempre quedó postergado.
¡Al fin llegó el gran día!: habíamos organizado, planificado y “estudiado” mucho durante casi tres meses ya que como es nuestro estilo, nos gusta viajar por libre y sabiendo bien lo que vamos a ver.
Durante el vuelo iba muy expectante, sentada junto a la ventanilla, cuando comenzamos a ver los primeros atisbos del Mar Egeo, pegó su frente al cristal, así continuó, casi sin hablar hasta tocar tierra en Atenas. ¡ Ya estamos aquí !.
Ambos estábamos muy emocionados, aún no podíamos creerlo, aunque yo mas ocupado en los aspectos “técnicos”, como encontrar la estación del Metro para llegar al hotel. Luego de un trayecto de mas de media hora, trasbordo incluido, llegamos a la estación del Metro, Victoria. Al salir a la calle, tuvimos el primer contacto con la Capital Helena, era una serena y luminosa mañana de Marzo, típicamente Mediterránea, con mucha gente, yendo y viniendo. Una vez en el hotel, dejamos nuestras cosas y salimos a ver la ciudad, obviamente el primer punto era la plaza Sintagma y el Parlamento, centro neurálgico de la ciudad.
Plaza Sintagma y Parlamento
Luego de comer algo, nos fuimos, según lo que teníamos planeado, al Museo de Acrópolis. De camino nos topamos con el primer gran impacto, ver el Arco de Adriano y detrás, las enormes columnas Corintias del Templo de Zeus Olímpico, ¡ son enormes!, según el itinerario que nos habías trazado, ya volveríamos para verlas de cerca y con detalle. Seguimos camino y cuando estábamos a punto de llegar, justo en la esquina, María se detiene, se quita las gafas de sol y se queda inmóvil, mirando, con una expresión boquiabierta y los ojos llenos de lágrimas, me giré para ver que estaba observando con tanta emoción contenida y me encuentro… justo ahí, en lo alto, la Acrópolis, con la cara sur del Partenón brillando bajo el sol, con un cielo azul profundo y diáfano de fondo. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, fue para nosotros una imagen hipnótica. ¡Nunca la olvidaremos!.
Una vez en el museo, me impresionó, un edificio muy moderno, luminoso, totalmente acristalado. No tiene nada que ver con los museos tradicionales. Ahí pudimos disfrutar de una gran cantidad de piezas recuperadas de la Acrópolis, de una factura exquisita, sin duda una de las cosas que mas me impactó ha sido ver a unos cuantos centímetros las esculturas que adornaban los frisos Este y Oeste del Partenón, aunque sin duda, la “guinda de éste pastel” son las Cariátides originales ( las que hoy están en el Erecteión, son réplicas ) no podía quitar mis ojos de esas esculturas, las que tantas y tantas veces había visto en libros y documentales. Los perfectos pliegues de sus Peplos Dóricos, la belleza de sus figuras e imaginar ( como habíamos visto en una publicación de Nacional Geographic) el espectacular policromado original.
Museo de la Acrópolis
El museo también cuenta con una gran terraza y cafetería desde donde hay una imponente vista a la Acrópolis.
Terraza, Museo de la Acrópolis
Al día siguiente, tuvimos que modificar nuestro programa, era el día de la Independencia Griega, por lo tanto todos los monumentos estaban cerrados. Igualmente subimos hasta la Acrópolis, aún sabiendo que no podríamos entrar, pero, no se… queríamos verla mas de cerca, justo al lado de la entrada hay un pequeño promontorio con unas vistas espectaculares de los Propileos, la Muralla y de casi toda la ciudad. ¡ Ha valido la pena!
Los Propileos, Acrópolis
Panorámica; Propileos y Murallas
Desde ahí, descendimos la colina por un sendero casi inexistente para llegar a otra que está en frente, la colina de PNYX, este era un sitio que quería conocer, creía que ya no quedaba ningún vestigio de él, pero documentandome antes del viaje descubrí que si.
La Bema
Esta roca tallada no es otra cosa que la BEMA ( Tribuna del Orador ) donde se reunía la Eklessia ( Asamblea del Pueblo ) esto para mí tiene, para el mundo moderno, tanta o mas importancia ( de echo, mas ) que el mismísimo Partenón, ya que es precisamente esta roca, el punto exacto donde nació la democracia, ha sido el primer Parlamento democrático de la historia, a pesar de eso, es un gran desconocido, solo estábamos nosotros, en todo el rato que estuvimos no vimos a nadie mas.
Fue una emoción muy grande y sobrecogedora estar en el lugar preciso donde Pericles dio aquel memorable discurso fúnebre dedicado a los atenienses muertos durante el primer año de la Guerra del Peloponeso y donde Platón, Aristóteles y Sócrates, entre otros, plantearon y debatieron los conceptos filosóficos que dieron base a nuestra actual sociedad.
Allí nos quedamos, un largo rato en silencio, respetuoso y emocionado, frente al Ito que cambió el mundo.
Posteriormente y ya regresando a la vida mundana recorrimos los Barrios de Plaka y Monastiraki una zona emblemática de la ciudad, famosa por sus bares, restaurantes y tiendas, al ser día festivo, había un ambientazo, aunque siempre está muy animada, es la esencia de la ciudad, hay que perderse por sus calles y disfrutar, solo eso, disfrutar, con los sonidos, aromas y sabores.
También aprovechamos para ver el cambio de guardia del Parlamento, aunque el mas grande es los Domingos a las 11:00 Hs, cada media hora se hace uno pequeñito, igual está muy bien.
Cambio de guardia en el Parlamento
Por la tarde tomamos el Metro y nos fuimos al Puerto de Pyreos, también lleno de tiendas y bares con encanto.
¡A MADRUGAR!!: Si bien lo hacíamos cada día, desayunamos muy pronto y salimos. Las puertas de la Acrópolis se abren a las 08:00 Hs y queríamos ser de los primeros para no encontrar mucha gente, se que los grupos organizados son un tanto mas “remolones” y siempre comienzan a aparecer ( en todo el mundo ) a partir de las 10:00 Hs, de esa manera tendríamos tiempo de disfrutarla.
Los Propileos, entrada a la Acrópolis
Como nos ocurrió durante esos días, el sol brillaba con intensidad y el cielo totalmente limpio y azul, ¡un día perfecto!. Había poca gente, todos prácticamente en silencio, al atravesar los Propileos, la antigua entrada a la “ciudad alta” te encuentras a la derecha el Partenón y a la izquierda el Erecteión, una imagen sobrecogedora, a tal punto impacta que ninguno de los dos hizo una foto en ese momento, la guardamos en nuestras retinas para siempre.
Luego de unos minutos de observarlos y tomando conciencia que realmente estábamos ahí, comenzamos a caminar, lentamente, mirando y admirando cada piedra, columna, friso y todo lo que teníamos delante, hasta las piezas cuidadosamente apiladas en el suelo a espera de su restauración.
Partenón
La recorrimos casi en silencio, cada uno en lo suyo, como tratando de guardar en nuestra memoria, cada detalle, cada instante, la emoción, recogimiento y hasta la incredulidad de estar ahí me acompañaron en todo momento.
Erecteión
Cariátides / Erecteión
Partenón
Hemos estado casi cuatro horas y… ¡se nos pasaron volando!, pero ya había demasiada gente, cada vez se complicaba mas el moverse, así que dimos por terminada la visita, a cada momento nos girábamos para seguir viéndola, bueno lo que podíamos entre tantas cabezas, al descender la colina, previo paso por el Teatro de Dionisio, una verdadera maravilla.
Teatro de Dionisio
Aunque el mas espectacular y moderno, el de Erodes Ático ( Romano ) está cerrado y solo se lo veía desde fuera. Éste con sus gradas restauradas aún se utiliza para eventos puntuales.
Teatro de Erodes Ático
Continuamos colina abajo entre una auténtica muchedumbre que subía. Una vez en la calle nos sentamos en una privilegiada terraza con una fantástica vista a la Acrópolis, allá en lo alto, a tomar un café como para “digerir” lo que habíamos visto y que estábamos viviendo uno de los días mas importantes de nuestras vidas.
Por la tarde recorrimos el Ágora Arcaica, el centro cultural, social, económico y político de la antigua Atenas, hoy queda muy poco de los muchos edificios que ahí había, a pesar de tenerla bastante estudiada por momentos se hacía difícil reconocer a que edificación correspondía, de todos modos hay dos edificios muy importantes, uno totalmente reconstruido como es la Estoa de Átalo, ésta es considerada como el primer centro comercial de la historia.
Estoa de Átalo
Al otro lado del Ágora se encuentra el Templo de Hefesto, el mejor conservado de toda Grecia.
Templo de Hefestos
Aquí en primer plano, los cimientos de la Estoa de Zeus Eleuterio, donde Sócrtes exponía su filosofía.
El cuarto día recorrimos parte de lo mucho que aún nos quedaba por ver, pero bueno, hay que dar prioridades. Por la mañana el templo de Zeus Olímpico, aunque queda muy poco de ese enorme edificio, las colosales columnas Corintias dan una idea de su majestuosidad.
Templo de Zeus Olímpico
El Estadio Panatenaico, parece mentira que tenga 2.500 años, está muy bien restaurado. En él se realizaban las competiciones de Panateneas.
Estadio Panatenaico
Esa tarde se la dedicamos íntegramente al Museo Arqueológico Nacional, un edificio Neo Clásico espectacular.
Museo Arqueológico Nacional
En su interior, auténticas joyas, infinidad de piezas desde la prehistoria hasta la Grecia Clásica. Es una verdadera maravilla para mirar y admirar sin prisas.
Para terminar nuestro último día completo en Hellas, nos fuimos a cenar a un pequeño y típico restaurante griego donde pudimos disfrutar de un delicioso Souvlaky. A esas alturas teníamos el corazón y el alma pletóricas pero el cuerpo “molido”, no somos jóvenes, aquí hay que andar mucho, subir y bajar colinas, escaleras y demás, pero nos llevamos esa felicidad que no se compra con nada.
ATENAS: es una gran ciudad, casi cuatro millones de habitantes, caótica, especialmente el tránsito, un infierno, es muy común ver motos circulando y aparcando sobre las aceras pero como a mí me enamoran las ciudades con Alma y Carácter, ésta vaya si los tiene, solo puedo decir que me ha encantado. Ella es como es, auténtica, bulliciosa y sin complejos.
DATOS ÚTILES |
Transportes: 2.019
Aeropuerto – ciudad y v.v.
Taxi: Tarifa fija y final, hasta 4 pasajeros: Diurno 38 €
Nocturno 53 € ( de 00:00 a 05:00 Hs )
Shuttle; Solo con reserva previa por Internet. Precio entre 45 y 140 €
Bus de línea: Hasta la Plaza Sintagma 5 €
el puerto del Pireo 5 €
Metro: Línea M3 ( Azul ) ida 10 €
Abono turístico, 3 días, uso ilimitado, incluye ida y vuelta al aeropuerto 22€
Comer en Atenas
GYROS; Una tipo de Kebab típico de Grecia, entre 2 y 3 €
Refresco, lata 1,50 €
Botella agua 33 cl 0,50 €
Cerveza nacional, botella ½ litro 3,50 €
Comida en un restaurante “normal” unos 20 € por persona, sin bebidas-
Comer en un restaurante a la carta; 2 platos y postre, unos 32 € sin bebida.
Menú en un Burger 6 €
Toma un Cappuccino entre 3 y 5 €
EL 25 DE MARZO, DÍA DE LA INDEPENDENCIA; Todo monumentos y museos CERRADOS